domingo, 6 de octubre de 2013

NACIONALIDAD KICHWUA

CARACTERÍSTICAS
Esta nacionalidad está asentada a lo largo de la sierra ecuatoriana, inclusive en otras regiones del Ecuador, debido a los movimientos migratorios que realizan los diferentes pueblos que la componen. Sus asentamientos poblacionales van desde:
PROVINCIA
PUEBLO
provincia del Carchi
Pueblo Pasto
provincia de Imbabura
Pueblo Otavalo, Pueblo Karanqui, Pueblo Natabuela, Pueblo Kayambi
provincia de Pichincha
Pueblo Kitucara
provincia de Cotopaxi
Pueblo Panzaleo
provincia del Tungurahua
Pueblo Chibuelo, Pueblo Salasaca, Pueblo Kisapincha
provincia de Bolívar
Pueblo Waranka
provincia de Chimborazo
Pueblo Puruhá
provincia del Cañar, 
provincia del Azuay
Pueblo Kañari
provincia de Loja
Pueblo Saraguro, Pueblo Palta

Los Kichwas de la sierra ecuatoriana están vinculados por el idioma kichwa, por un territorio que se les fue desapropiado en tiempos de la colonia española, por una misma cosmovisión en relación al territorio y al universo, por los vínculos comerciales que existían antes de la venida de los españoles.

RELATOS HISTÓRICOS
Hablar de la historia de los pueblos acuñados actualmente en la gran nacionalidad Kichwa de la sierra ecuatoriana, es remontarse a tiempos inmemoriales, donde estos pueblos organizados en señoríos étnicos y en confederaciones desarrollaban una cultura basada en la propiedad comunitaria y en el principio de reciprocidad, desarrollo que no solo fue truncado a la llegada de los españoles (1492), como nos cuentan comúnmente los libros de enseñanza escolar y secundaria; el desarrollo de esta cultura fue violentada, mediante el sometimiento de su población y de sus instituciones organizativas a una nueva forma de producción, donde la propiedad de los territorios que pertenecían a estos pueblos, pasaban a ser de absoluta propiedad de la monarquía y de particulares españoles, donde los conocimientos agrícolas íntimamente unidos a conocimientos astrológicos, donde los conocimientos medicinales y arquitectónicos, fueron por una parte anulados y por otra, utilizados sin el reconocimiento al pueblo que forjó históricamente ese conocimiento, eliminando su presencia en el quehacer cultural del nuevo orden social, orden que estaba bajo los intereses del estado colonial español.
En relación a los territorios, estos fueron desapropiados, fueron fraccionados, favoreciendo y facilitando así la imposición de una nueva forma de vida que venía con los conquistadores españoles. Para cumplir con este objetivo colonial, se obligó a los pueblos Kichwas a moverse de sus territorios originales a lo largo de América del Sur, logrando así controlar cualquier tipo de sublevación, sometiendo a estos pueblos al trabajo obligatorio en las minas, en los obrajes, en las construcciones de carreteras, edificación de las ciudades coloniales y en las encomiendas. Trabajo obligatorio que se lo realizaba en condiciones infrahumanas. El trabajo en las minas significó para los indígenas varones de 18 a 50 años la muerte misma, sometidos a condiciones infrahumanas y a la falta de alimentos, muy pocos de ellos regresaban, después de cumplir con el trabajo obligatorio dictaminado por su encomendero

Encomienda, punto de articulación y de reproducción de la sociedad colonial, medio que permitió controlar el trabajo indígena, el cumplimiento del pago de tributos por parte de las comunidades indígenas, organizando la producción agropecuaria-artesanal, el control y dominación ideológica (evangelización) sobre los pueblos dominados, donde el papel de la iglesia fue fundamental.
Obrajes, trabajo obligatorio que en su mayoría estaba dirigido a las mujeres, quienes migraban a los centros de producción textil, en calidad de mitayos; trabajo que al igual que en las minas, se lo realizaba en condiciones de insalubridad provocando la muerte de muchas indígenas.
Construcciones de carreteras y edificaciones de las ciudades españoles en territorios coloniales en América, este trabajo permitió a los indígenas dejar plasmado el conocimiento arquitectónico en las carreteras y en las edificaciones basadas en tapiales, dejar en las iglesias plasmado su relación con los naturales que formaban parte de sus rituales cósmicos como el sol la luna, el maíz, etc., oportunidad que a muchos les costó la vida. Hablando figurativamente, el encuentro con la sociedad monárquica española significó para los pueblos indígenas, el inicio de una noche larga y eterna, sin presencia del sol y de la luna.
Condiciones que en 1810 a 1830, tiempos de la independencia de las colonias del dominio español, no cambiaron en nada las circunstancias de explotación y sometimiento de estos pueblos, de la misma manera podríamos decir, que no significó nada para estos pueblos los 70 primeros años de Republica ecuatoriana, aun se sometía a estos pueblos por medio del concertaje. Es a partir de la Revolución Liberal, realizada el 5 de julio de 1895, en donde muchos indígenas participaron de forma activa, que se produjeron cambios importantes en la legislación referente a la tierra y a la situación de los indígenas; se eliminó el concertaje, la prisión por deudas, se eliminó la intervención de la iglesia en cuestiones del estado y se desapropió las grandes haciendas de propiedad de la iglesia para convertirlas en propiedad pública.

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